En el torbellino de la tecnología médica, la automatización es un término que aparece a menudo. Se asocia a comodidad, rapidez y sencillez tanto para los pacientes como para los profesionales sanitarios.
Pero dediquemos un momento a hablar de los dispositivos automatizados de índice de presión braquial en el tobillo (ABPI), instrumentos preparados para captar una parte significativa del rentable mercado del diagnóstico de la enfermedad arterial periférica (EAP).
El ITB es una herramienta diagnóstica clave para la arteriopatía periférica, una afección que puede complicar el tratamiento de las úlceras de pierna. El método manual tradicional de medición del ABPI puede durar una hora entera y resultar incómodo para los pacientes.
Así pues, podría pensarse que los dispositivos ABPI automatizados, con su promesa de rapidez y facilidad de uso, son la respuesta. Pero, ¿es realmente así?
¿Qué son los dispositivos automatizados ABPI?
Los dispositivos ABPI automatizados utilizan tecnología oscilométrica para detectar la presión arterial sistólica. Suelen constar de una unidad central y varios manguitos que envuelven las extremidades del paciente.
Una vez activado, el dispositivo infla y desinfla automáticamente los manguitos, midiendo simultáneamente la tensión arterial en las cuatro extremidades.
Obviamente, el atractivo de estos dispositivos reside en su comodidad. Reducen el trabajo manual que conlleva el proceso, haciéndolo menos engorroso para los profesionales sanitarios y potencialmente menos incómodo para los pacientes.
Sin embargo, como veremos a continuación, el uso de estos dispositivos en el ámbito clínico no está exento de problemas y desafíos.
La falta de pruebas
Aunque las ventajas de los dispositivos ABPI automatizados parecen evidentes, existe un problema importante. Según un reciente
La directriz del Instituto Nacional para la Excelencia Sanitaria y Asistencial (NICE)
publicada el 24 de mayo de 2023, no hay suficientes pruebas clínicas que respalden estas afirmaciones.
Aunque en el mercado existen dispositivos automatizados de ABI, los estudios han demostrado que pueden no ser tan precisos como la ecografía Doppler. La mayoría de los estudios realizados hasta la fecha se referían a individuos sin úlceras en las piernas. Esto nos deja a oscuras sobre la eficacia de estos dispositivos en el grupo demográfico que más los necesita.
La incertidumbre del diagnóstico erróneo
También existe el riesgo de un diagnóstico erróneo. ¿Qué ocurre si estos dispositivos dan resultados inexactos? ¿Qué significa esto para los pacientes y su tratamiento?
Pensemos en Jane, una hipotética paciente con una úlcera en la pierna. Si se le diagnostica erróneamente un diagnóstico negativo de arteriopatía periférica debido a una lectura inexacta de un dispositivo automatizado ABPI, podría retrasarse su tratamiento de las úlceras venosas de las piernas. Peor aún, podría ser sometida a una terapia de compresión que, en su caso, podría ser perjudicial.
La solución Falcon/PRO: La potencia de Doppler y PPG
La ecografía Doppler sigue siendo el patrón de referencia para la medición del ITB. Permite a los profesionales sanitarios visualizar los patrones de flujo sanguíneo e identificar cualquier anomalía u obstrucción que puedan pasar por alto los dispositivos automatizados. Este nivel de detalle puede ayudar a diagnosticar la arteriopatía periférica antes y con mayor precisión, lo que se traduce en mejores resultados terapéuticos para los pacientes.
Además, la ecografía Doppler puede detectar cambios sutiles en el flujo sanguíneo a lo largo del tiempo y realizar un seguimiento de los cambios antes y después del tratamiento. Este nivel de seguimiento no puede alcanzarse con dispositivos automáticos, que sólo proporcionan una instantánea de la presión arterial en un momento dado.
«Los expertos clínicos destacaron el valor de la información proporcionada por las señales de onda Doppler en estas situaciones.
Los dispositivos que no proporcionan señales de forma de onda Doppler pueden proporcionar información sobre la calidad de la circulación arterial en los tobillos, pero existe incertidumbre sobre si estos resultados alternativos son comparables a las señales de forma de onda Doppler».
De la
Directriz del Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Cuidados (NICE)
publicada el 24 de mayo de 2023.
Frente a estos retos, existe una solución viable que combina la precisión del Doppler con la comodidad de la automatización. El Falcon/PRO ofrece un completo sistema de diagnóstico vascular que mide el ABPI y las presiones segmentarias mediante Doppler: el patrón oro en medición vascular según directrices internacionales como las siguientes publicado por la Sociedad de Ecografía Vascular. Para las mediciones del índice tobillo-brazo (TBI), utiliza la fotopletismografía (PPG), ampliamente aceptada como medición válida del TBI.
Con esta combinación de tecnologías, Falcon/PRO aborda los problemas de precisión diagnóstica al tiempo que ofrece las ventajas de un dispositivo automatizado. Esta solución es ideal para quienes dan prioridad a un diagnóstico preciso sin renunciar a la comodidad y la facilidad de uso.
Navegar con precaución
Para terminar, la reciente publicación es una directriz importante. Es fundamental recordar que, en el ámbito de la tecnología médica, la seguridad del paciente y la eficacia del tratamiento deben ser siempre lo primero.
Mientras seguimos explorando y desarrollando nuevas tecnologías, hagámoslo con cautela y rigor, asegurándonos de no comprometer nunca el bienestar de nuestros pacientes.
Como siempre, antes de incorporar nuevas tecnologías a las prácticas sanitarias, es importante consultar con los profesionales y las directrices pertinentes. El mundo de la tecnología médica es un lugar apasionante, pero requiere pasos cuidadosos.
Si desea más información, déjenos un mensaje.